En las últimas semanas, los mercados<br>bursátiles tocan máximos históricos al<br>mismo tiempo que el oro, que es el<br>refugio tradicional. También alcanza<br>precios récord. Para el inversor<br>desprevenido resulta desconcertante ver<br>activos de riesgo y activos de<br>protección, como es el caso del oro, por<br>su papel de valor refugio, es decir, que<br>es un activo que conserva su valor en<br>crisis subiendo todo a la par. ¿Qué está<br>sucediendo? No se suponía que cuando la<br>bolsa va bien, el oro baja y viceversa.<br>Pues aquí debe haber gato encerrado. El<br>mercado está eufórico, el metal precioso<br>trepa sin freno y el inversor se está<br>perdiendo algo fundamental.<br>Ese algo es una variable oculta a plena<br>vista, la masa monetaria, es decir, la<br>cantidad de dinero en circulación que<br>hay en la economía. Quédate porque vamos<br>a examinar por qué la liquidez global<br>está provocando este extraño fenómeno y<br>qué implicaciones todo esto tiene para<br>tu bolsillo. Y por cierto, si quieres<br>acceder a los informes escritos y<br>detallados que complementan normalmente<br>estos contenidos, más cinco vídeos<br>exclusivos que grabamos cada semana,<br>acceder en breve a sesiones privadas<br>conmigo y a múltiples ventajas que vamos<br>a ir incorporando poco a poco, pues no<br>lo dudes, hazte miembro del canal.<br>Tienes ahí el botoncillo, mi equipo te<br>lo va a agradecer y yo también. Lo<br>dicho, no te vayas, que lo de hoy<br>también te interesa.<br>[Música]<br>El oro ha alcanzado nuevos máximos<br>históricos superando los $,500<br>por onza, impulsado por la creciente<br>pérdida de confianza en la estabilidad<br>del dólar y la preocupación macro sobre<br>la deuda pública elevada y las políticas<br>fiscales cada vez más turbulentas. Esta<br>escalada en los precios lo que refleja<br>es una fuerte búsqueda de refugio tanto<br>por parte de fondos institucionales,<br>bancos centrales emergentes y las ETFs.<br>Todos apuestan por el metal como<br>cobertura ante una posible incertidumbre<br>o la que perciben más o menos. Los<br>analistas, los que yo leo, sugieren que<br>estas dinámicas podrían seguir elevando<br>el oro aún más, incluso hacia los $000<br>por onza antes de que acabe este año.<br>Ahí lo dejo. Este clima de riesgo se<br>está traduciendo en estrés en los<br>mercados de bonos y acciones. Los<br>rendimientos, por ejemplo, a largo plazo<br>han saltado con el rendimiento del bono<br>japonés a 30 años, alcanzando un récord<br>del 328%.<br>Y además los guilts británicos han<br>llegado a cotas que no se veían desde<br>hacía ya mucho tiempo. En este entorno,<br>los inversores lo que hacen es huir de<br>activos de riesgo y se fortalecen con<br>posiciones en activos seguros, en este<br>caso como el oro, y acentúa la presión<br>sobre los bonos y sobre los mercados de<br>renta variable. Bien, el escenario<br>actual, sin embargo, rompe esquemas.<br>¿Cómo puede ser que las acciones estén<br>en la cima y el oro? típico refugio en<br>épocas de pánico, también lo esté. La<br>respuesta es corta porque en realidad<br>ambos están reaccionando a un mismo<br>factor subyacente,<br>un factor que muchos pasan por alto.<br>Mientras nos bombardean con datos<br>macroeconómicos todos los días,<br>crecimiento, empleo, inflación, la<br>inflación oficial, pocos se fijan en los<br>agregados monetarios. ¿Y qué están<br>diciendo estos agregados? que la masa<br>monetaria global, el dinero que hay se<br>ha disparado de forma extraordinaria en<br>los últimos años. Lo sabemos, los bancos<br>centrales de Estados Unidos, Europa,<br>Japón, China, entre otros, eh, inundaron<br>nuestras economías de liquidez. Suena<br>bien, pero no es muy bueno. Entre enero<br>de 2020 y enero 2022, la oferta<br>monetaria, que se le llama M2 M3,<br>aumentó un 40% en Estados Unidos y un<br>20% en la eurozona y el Reino Unido. Una<br>expansión sin precedentes en tan corto<br>tiempo. Resulta que cuando la cantidad<br>de dinero en circulación crece a este<br>ritmo y además los bancos centrales han<br>mantenido o bajado los tipos de interés<br>a niveles como hemos tenido durante un<br>tiempo antes de que volvieran a subir<br>los ultra bajos, pues ahí se encienden<br>todos los motores para inflarcios.<br>Bien, pensemos en ello. Si hay mucha<br>liquidez, persiguiendo los mismos<br>activos, las acciones suben, aunque las<br>economías reales no crezcan al mismo<br>tiempo ni al mismo ritmo. Y el oro sube<br>porque los inversores ahí detectan que<br>deben proteger el poder adquisitivo de<br>su dinero sobrante. Tanto la renta<br>variable como el metal precioso, el oro,<br>están enviando al mismo tiempo el mismo<br>mensaje. El valor del dinero está<br>cayendo. En otras palabras, una acción<br>en máximos y una onza de oro en máximos<br>lo que reflejan es un denominador común,<br>que la moneda con que se valoran vale<br>menos. Lo decía Daniel la calle, el<br>mercado no es que esté caro en términos<br>reales, es el dinero el que está barato.<br>Lo que el inversor medio podría estar<br>perdiéndose es justamente esta pista,<br>esta pista crucial. Mientras todos miran<br>las noticias sobre el PIB, la inflación<br>interanual, la marea monetaria sube<br>subía sin hacer ruido. La masa monetaria<br>global creció alrededor del 12% anual,<br>según estimaciones recientes que se han<br>hecho, muy por encima de lo que crecen<br>las propias economías, se ha creado más<br>dinero de lo que la economía estaba<br>generando. Ese exceso de dinero ha de ir<br>a algún lugar y ha terminado inflando<br>las cotizaciones de los mercados y el<br>valor de los activos refugio. Como el<br>oro, no es conspiración ni tampoco es<br>magia, es oferta y demanda de dinero. De<br>hecho, esta situación recuerda a<br>experimentos pasados. Quédate con este<br>nombre, John Low, porque más adelante<br>nos va a ayudar a entender todo esto un<br>poquito. Pero antes vayamos a ver qué<br>supone este festín de liquidez. Por<br>ejemplo, las valoraciones bursátiles<br>subiendo incluso sin mejoras<br>equivalentes en los beneficios<br>empresariales o incluso el oro subiendo<br>a la par que las acciones en plan aquí<br>sube todo, cuando típicamente el oro<br>brilla cuando hay crisis. La explicación<br>es que estamos viviendo una expansión de<br>múltiplos. Te lo explico. Los inversores<br>están dispuestos a pagar más por cada<br>unidad de ganancia de las empresas<br>porque el dinero abunda y les quema en<br>las manos. Con los tipos de interés por<br>los suelos durante mucho tiempo,<br>invertir en activos de riesgo parecía la<br>única forma de obtener algo de<br>rentabilidad, lo que alimentaba la<br>subida de todas las acciones. Y el oro,<br>por su lado, actuaba como termómetro de<br>la confianza en esas divisas. Al ver que<br>los bancos centrales fabrican, fabrican,<br>imprimen dinero a ritmos históricos,<br>pues muchos inversores globales han<br>comprado oro para cubrirse ante una<br>posible devaluación monetaria. nos están<br>empobreciendo a todos y aquí cada uno<br>busca una solución. En resumen, hay una<br>fiesta en los mercados patrocinada por<br>los bancos centrales, una que eleva<br>tanto la bolsa como los refugios y que<br>llegados a este punto hace que nos<br>preguntemos lo siguiente. Si se imprime<br>tanto dinero, ¿por qué no vemos una<br>inflación de precios desbocada en todas<br>partes? No, aquí entraría en juego un<br>nuevo concepto económico clásico, la<br>velocidad del dinero. La velocidad del<br>dinero mide cuántas veces cada unidad<br>monetaria cambia de manos en un periodo<br>dado. Dicho de otra manera y de manera<br>más simple, lo que refleja, por lo menos<br>nos explica qué tan activa está la<br>economía en términos de gasto e<br>inversión. La ecuación cuantitativa del<br>dinero es está formulada en su versión<br>clásica por Irvin Fisher en el siglo XX,<br>aunque sus raíces se remontan al siglo<br>16 y que te voy a explicar ahora te va a<br>sonar a a matemáticas complejas, pero no<br>lo es. Cantidad de dinero por velocidad<br>es igual a nivel general de precios por<br>producción real. Te lo explico. Esto<br>significa que el valor total del PIB<br>nominal, el PIB, equivale a la cantidad<br>de dinero que hay en circulación por las<br>veces que ese dinero se mueve. Si la<br>cantidad de dinero sube, pero la<br>velocidad baja, los precios de bienes de<br>consumo no necesariamente se disparan de<br>forma inmediata. Esa es la primera<br>trampa. De hecho, algo así es lo que ha<br>ocurrido. La pandemia y otros factores<br>frenaron la velocidad del dinero. La<br>gente no podía gastar y consumir como<br>antes. La gente ahorró más, pospuso<br>gastos y la inversión fue cautelosa. Sin<br>embargo, se imprimía más y más dinero<br>que se preparaba para la postpandemia.<br>Pero ese dinero circulaba muy lentamente<br>y se acumulaba en los balances bancarios<br>o se invertía en activos financieros más<br>que en la economía real. Y el resultado<br>fue una enorme expansión monetaria que<br>aunque generaría inflación<br>posteriormente, de momento solo lo hacía<br>en los activos. Y ahí viene la segunda<br>trampa, porque las acciones, los bonos,<br>los inmuebles y el oro subieron de<br>precio, suben de precio por la inflación<br>de activos financieros, mientras que la<br>inflación de bienes de consumo parece<br>que se manifiesta ya con moderación. No<br>es que la teoría falle, es que otra<br>pieza, la velocidad cambió. No es nuevo.<br>Martín de Azpilcueta ya observó en el<br>siglo XV algo parecido cuando abundaba<br>el oro y la plata de las Indias. Cuando<br>eso pasaba, subían mucho los precios en<br>toda España, ¿no? No es algo de ahora.<br>Siglos después, Milton Friedman acuñó la<br>célebre máxima. La inflación es siempre<br>y en todas partes un fenómeno monetario.<br>Es decir, aparece cuando la cantidad de<br>dinero crece más rápido que la economía<br>real. Hay más dinero para comprar lo<br>mismo. Es muy simple. Sin embargo, ahora<br>deberíamos añadir algo más que Friedman<br>también dijo. Él dijo que a corto plazo<br>la relación puede desdibujarse si la<br>velocidad del dinero cae o si factores<br>como la globalización o la tecnología<br>contienen los precios. Veamos el caso de<br>Estados Unidos. Durante 2020 y 2021, la<br>Reserva Federal expandió la oferta de<br>dinero M2, que es como se le conoce, a<br>un ritmo jamás visto en tiempos de paz,<br>cerca de un 25% más anual. alimentando<br>un auge de mercados. La inflación<br>general ahí tardó en llegar porque entre<br>otras razones la velocidad del dinero<br>estaba en mínimos históricos y la<br>economía se estaba recuperando todavía<br>muy lentamente de la pandemia. De hecho,<br>en 2022 y 2023 la tendencia cambió. La<br>Reserva Federal viró hacia políticas<br>restrictivas y la oferta monetaria llegó<br>a contraerse ligeramente. Y el resultado<br>es que la inflación al consumidor en<br>Estados Unidos empezó a moderarse<br>fuertemente, pasando del 7% en 2021 al<br>3,4 a finales de 2023. En la eurozona<br>ocurrió algo similar con algo de<br>retraso. Tras alcanzar máximos cercanos<br>al 10% a finales del 22, la inflación<br>interanual cayó al 2,9 al cerrar 2023.<br>muy por debajo de la esperada un año<br>antes. Se trataba de un milagro, pues no<br>es que tras la retirada de los<br>estímulos, la cantidad de dinero dejó de<br>crecer por encima de lo normal y<br>entonces la economía fue absorbiendo el<br>exceso. En términos sencillos, había<br>mucho dinero, pero estaba quieto y ya no<br>se estaba imprimiendo tanto artificial<br>como antes, así que las presiones<br>inflacionarias fueron cediendo. Eso sí,<br>este alivio no fue universal. En<br>economías donde la expansión monetaria<br>ha sido aún más extrema o la confianza<br>en todo ello ha sido más débil, la<br>inflación se desbocó. Reino Unido,<br>Turquía, incluso Argentina antes de la<br>llegada de Miley, por ejemplo, sufrieron<br>lo suyo. Hasta ahora hemos visto como la<br>expansión monetaria global y una<br>velocidad del dinero al targada suelen<br>explicar la extraña subida simultánea de<br>acciones por un lado y oro por el otro.<br>Pero lo que viene ahora trataría de<br>analizar el lado oscuro de esta<br>situación que aparentemente es ideal,<br>¿verdad? ¿Qué pasaría si esa marea de<br>liquidez dejara de crecer o peor aún<br>retrocediera bruscamente? ¿Qué pasaría<br>si la velocidad del dinero se reactiva<br>de golpe y todo ese caudal monetario<br>acumulado empieza a moverse por la<br>economía real?<br>Y aquí aparece el personaje clave del<br>vídeo de hoy. ¿Recuerdas que te dije que<br>tuvieras en cuenta a un tal John Low?<br>Pues bien, su historia ilustra a la<br>perfección lo que podría suceder, digo<br>yo. John Low fue un economista escocés<br>que a principios del siglo XVI pues se<br>fue a Francia y convenció a ese país de<br>emitir papel moneda sin suficiente<br>respaldo en oro. Aquella época era<br>imprescindible. Entre 1716 y 1720 creó<br>una burbuja gigantesca que le llamó la<br>burbuja del Mississippi, alimentada por<br>la impresión de billetes y promesas de<br>riqueza fácil. Al principio funcionó de<br>maravilla. Oye, todo subía como la<br>espuma. París estaba de fiesta y Low era<br>un tipo aclamado por la calle. Pero<br>cuando la confianza se evaporó, la gente<br>quiso convertir sus billetes en oro de<br>nuevo y ahí el castillo de naipes se<br>derrumbó. La burbuja explotó<br>estrepitosamente. No había oro para lo<br>emitido. Low huyó del país y Francia<br>quedó sumida en una crisis tremenda. La<br>lección de John Low es clara. Si creas<br>dinero de la nada para inflar activos<br>tarde o temprano, la realidad te va a<br>presentar una terrible factura. No digo<br>que vaya a explotar todo ahora, pero<br>deberíamos entender que algo no cuadra y<br>que no todo puede subir como si a nada<br>le afectasen los elementos clave de la<br>economía. la emisión de dinero, su<br>relación con la inflación, la velocidad.<br>Lo que pasa es que los bancos centrales<br>de nuestro tiempo han aprendido en parte<br>de la historia, no son tan tontos y<br>manejan más herramientas que antes, pero<br>el riesgo de de fondo persiste. Una vez<br>que acostumbras al mercado a dosis<br>masivas de liquidez, un verdadero chute<br>de azúcar monetario, pues retirar el<br>estímulo se vuelve delicado. Eso sí que<br>lo vamos a ver. Los precios de los<br>activos pueden caer tan rápidamente como<br>subieron antes. Muchos inversores se han<br>vuelto adictos al dinero fácil y estos<br>van a sufrir pérdidas patrimoniales<br>importantes si ese entorno de tipos<br>relativamente bajos que tenemos y de<br>liquidez abundante llegara a su fin. El<br>problema es, ¿quién acabaría pagando los<br>platos rotos?<br>¿Te lo imaginas? El mismo ciudadano<br>común que quizá ni se benefició. ni se<br>enteró del boom de bolsas, de oro y de<br>lo que queráis. Ya ocurrió antes. La<br>clase media a menudo no participa de<br>lleno de ninguna burbuja financiera,<br>pero sí paga las resacas en forma de<br>crisis e inflación. Además está el otro<br>riesgo, que toda esa inflación contenida<br>en activo se traslade a la economía real<br>si la velocidad del dinero repuntase.<br>Por ejemplo, si los bancos deciden<br>prestar agresivamente el exceso de<br>reservas que tienen o si los ahorradores<br>pierden el miedo a gastar y se estimula<br>el consumo de forma brutal y empiezan a<br>soltar liquidez embalsada, podríamos ver<br>un rebrote inflacionario muy potente.<br>Eso no ha acabado. En ese escenario,<br>además, los bancos centrales se verían<br>obligados a frenar en seco, subiendo<br>otra vez tasas de interés con fuerza<br>para contener la inflación, lo que al<br>final golpearía a mercados y a<br>economías. Y es que hay una línea fina,<br>no digo que vaya a pasar, pero esa<br>delgada línea por la que tienen que<br>caminar no es fácil. No es casualidad<br>que la Reserva Federal y el Banco<br>Central Europeo anden con pies de plomo,<br>retirando estímulos muy gradualmente y<br>avisando que van a volver a inyectar si<br>algo truena, que no os preocupéis, que<br>tenemos mecanismos, herramientas le<br>llaman a imprimir, le llaman tener<br>herramientas. Saben que están<br>desmontando una bomba de relojería<br>monetaria en la que todos estamos<br>sentados, por cierto. Y antes de cerrar,<br>volvamos a la pregunta inicial. ¿Qué se<br>está perdiendo el inversor en esta<br>situación de oro y bolsa en máximos? Se<br>está perdiendo la conciencia de que gran<br>parte de esa bonanza en realidad tiene<br>los pies de barro monetarios, que no es<br>solo la recuperación económica o los<br>fundamentales lo que está impulsando<br>este rally, sino una ilusión monetaria<br>creada por la liquidez excesiva. Ignorar<br>esto es peligrosamente complaciente<br>porque si uno entiende esta dinámica que<br>os he intentado explicar hoy, puede<br>tomar medidas, diversificar riesgos, no<br>endeudarse temerariamente confiando en<br>que la fiesta va a seguir infinitamente<br>y proteger parte del patrimonio en<br>activos reales que mantengan valor si el<br>dinero flaquea, de ahí el oro. Y es que<br>lo peor que podrías hacer como pequeño<br>inversor ahora es asumir que esta vez es<br>diferente y que los precios solo van a<br>subir y subir. Hoy los bancos centrales<br>son los funambulistas tratando de<br>mantener el equilibrio en la cuerda<br>floja. Deben contener la inflación de<br>precios al consumidor sin provocar el<br>colapso de los activos que saben que<br>están completamente inflados. Es un acto<br>muy difícil y para el inversor el<br>mensaje es muy claro. No confundamos un<br>mercado alcista impulsado por dinero<br>barato con prosperidad real. Detrás de<br>los números verdes de la pantalla pueden<br>esconderse una pérdida de poder<br>adquisitivo de la propia moneda. Tratar<br>de sostener unos mercados bollantes a<br>base de imprimir dinero ha sido como<br>llenar una piscina con champán, con<br>cava. Al principio parece un lujo<br>brillante, burbujeante, pero nadie podrá<br>nadar en ella sin ahogarse en esas<br>burbujas. Es muy difícil nadar el<br>champán. Es cuestión de tiempo que la<br>euforia gaseosa se desvanezca y<br>descubramos que bajo la espuma solo<br>quedaba un charco pegajoso de líquido<br>derramado. Alguien me decía este verano<br>tomando un vino con él que él estaba<br>tranquilo porque el gobierno no dejaría<br>que pasara nada catastrófico y que<br>ayudaría con subvenciones, subsidios a<br>quien lo pasara mal. Que estar siempre<br>pendiente de todo es de tontos y que<br>confiar en nuestros dirigentes es algo<br>que como demócrata se debe hacer. Tela.<br>Eh, mira, no le contesté, brindé por él<br>y me fui. Porque si esperas que un<br>gobierno te solucione algo, búscate una<br>silla. Esto depende de cómo gestionemos<br>nosotros las pocas herramientas de las<br>que vamos a disponer en el futuro<br>inmediato. entender que tu trabajo no<br>depende tanto de un empleador como de<br>que tú comprendas que el contrato social<br>llamado empleo va a cambiar, que está<br>cambiando, será la clave, que esto no va<br>de ahorrar, sino de invertir, que el<br>gastar no es capitalismo, sino todo lo<br>contrario, que el futuro no se espera,<br>que el futuro se conquista y que seguir<br>pensando igual que antes solo paraliza.<br>Demasiado análisis crea parálisis.<br>Recuérdalo, no esperes soluciones ni<br>protección, porque las soluciones no te<br>las van a aportar. La protección tendrá<br>un coste, tu libertad. Es hora de<br>descifrar el futuro y no va de<br>esperarnos a que llegue. Recuerda que<br>hay algo que no cuadra en todo esto.<br>Gracias por llegar aquí. Te espero en el<br>próximo análisis para que el futuro nos<br>pille a todos pensando críticamente.<br>Seguimos.